Cómo encontré mi propósito de vida: La historia de la niña de la colombina
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La historia de una niña y una colombina (chupeta/caramelo) fueron el detonante para renunciar a su trabajo y diseñar su vida conscientemente.
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Siempre, en alguna parte de los talleres o conferencias debo contar qué sucedió en mi vida y qué me llevó a ayudar a otros a encontrar su propósito en la vida.
Antes de encontrar mi propósito
Era el año 2008, para ese entonces tenía 33 años y ya había cursado una carrera de “éxitos” trabajando como director y productor de televisión. Para ese entonces era VP Creativo y de Producción de una importante empresa productora de TV y había logrado cumplir con todas las metas que me había propuesto. Tenía un excelente sueldo, asistente, conductor, oficina grande con baño privado, viajaba en clase ejecutiva y lideraba equipos de cientos de personas. Tenía “todo” lo que supuestamente identifica a una persona exitosa siendo tan joven. Finalmente la sociedad en la que vivía siempre me había hecho creer que la vida se trataba de lograr metas, especialmente económicas y materiales.
Para no hacer la historia muy larga, esa carrera exitosa, esa acumulación de dinero y bienes como calificativo de logros en la vida, me tenían como se dice coloquialmente “rayado”. No me gustaba la forma como llevaba mi vida, y especialmente, no le encontraba sentido a hacer una TV que no aportaba a la sociedad grandes cosas. Sólo lo hacia por tener más dinero y por tener más “éxitos profesionales”.
El Viaje a encontrar mi propósito
En el año 2009 continuaba esa época de confusión, entonces decidí tomarme un mes de mi trabajo para viajar en moto. Soy motociclista desde muy pequeño y ha sido mi forma de meditar y encontrarme conmigo mismo. Encontré un amigo, Andrés Restrepo, que no sólo estaba viviendo algo similar a lo que yo estaba viviendo, sino que se le medía a viajar por las carreteras secundarias y terciarias de Colombia para poder conocer el país profundo, así significara quedarnos a dormir en pueblos dominados por guerrilla o paramilitares.
Claramente algo no estaba bien con la forma en que estaba llevando mi vida.
Ese viaje me cambió la vida y fue el detonante para comenzar a llevar una vida con propósito. Primero, me di cuenta que el 99% de las personas que cruzaban mi camino tenían “menos” que yo, pero todos eran más felices. Entonces me preguntaba, ¿cómo es posible que si ellos tienen “menos”, y siendo pobres, son más felices? Claramente algo no estaba bien con la forma en que estaba llevando mi vida.
Segundo, conocí la familia de un pescador. Tenía 17 hijos y todos vivían en un espacio muy pequeño. El hombre, a pesar de todo, mantenía el buen humor y la sonrisa.
Ese día estábamos regalando unas colombinas a los niños de un pueblo cerca a Tumaco llamado Boca Grande y salí feliz porque había tomado una foto muy bonita de una niña con su colombina.
Fue solo hasta que regresé a Bogotá, mientras revisaba las fotos que había tomado, me di cuenta de que tenía otra foto de la misma niña, tomada minutos antes de regalarle la colombina, pero allí no se veía radiante de felicidad.En su cara se podía ver el peso de la pobreza en la que vivía, sus ojos no brillaban y su “niñez” no estaba por ninguna parte. Fue ahí que me di cuenta del inmenso poder transformador que tenemos los seres humanos con lo más pequeño. Con una colombina pude cambiar el día de esa niña y a veces me gusta pensar, que también pude cambiar su vida.
Mi Propósito
Fue ahí cuando todo se sincronizó en mi cerebro y comenzó a tener sentido. Entendí que lo que más satisfacción me daba en la vida era poder ayudar a las otras personas de una forma u otra. Así encontré mi verdadero propósito en la vida y comencé el proceso de transformación. Me tomó un año más atreverme a dar ese salto de fe que nos lleva de quienes somos a quien queremos ser. Y sólo hasta que logré dar el salto, es decir, hasta que logré renunciar a mi trabajo y a todo lo que venía con él, pude ver el camino que me llevaría a vivir mi propósito de vida, a encontrar la verdadera razón por la cual vine al mundo y le da un sentido a quien soy y a lo que hago.
Entendí que lo que más satisfacción me daba en la vida era poder ayudar a las otras personas
Decidí utilizar mi creatividad, no para crear historias o contenidos audiovisuales, sino para crear productos que ayudaran a las personas a transformar sus vidas. Empecé a averiguar y a estudiar sobre los propósitos de vida. Como me empoderó tanto encontrar el mío, mi propósito se convirtió en que otras personas también encontraran el suyo. Esos estudios me llevaron a descubrir que el 80% de las personas no tiene claro su propósito en la vida, es decir, 4 de cada 5 personas no saben, no conocen o no han descubierto el porqué están en este mundo. Para no ir muy lejos, las estadísticas muestran que en Colombia 3 de cada 4 personas no quieren el trabajo que tienen. Claramente hay una insatisfacción en la forma en que vivimos y creo que no encontrar el sentido de lo que hacemos, es parte del problema.
¿De qué se trata tu vida? ¿Cuál es tu contribución al mundo?
Este fue el segundo detonante para querer inventar una metodología en donde las personas pudieran tener las herramientas para buscar su propósito en la vida y así nació la idea de crear la experiencia Motto Dots. Una metodología para encontrar propósitos y generar acciones de cambio sencillas que ayuden a cambiar y transformar la realidad de insatisfacción que viven las personas.
No fue, ni es, ni será un cambio fácil, pero sí muy satisfactorio. Decidí dar un salto y tomar un camino que ahora ya no tiene reversa. Ahora cumplo mi propósito todos los días y vivo por colaborar en que las personas y su entorno sean mejores.
El Desapego (y los 4 tipos de apego)
Diciembre 15, 2019La solución a el problema de encontrar tu propósito de vida
Es de valientes afrontar estas preguntas, y para encontrar una respuesta honesta debemos prepararnos para una travesía de transformación personal de la que no hay retorno.
Si crees que el mundo como está hoy en día debe cambiar, si no tienes claro tu propósito en la vida, si haces parte del 70% que está aburrido con el trabajo que tiene y con la forma como lleva su vida. Si has despertado una necesidad de ayudar a otros, de sentido social o simplemente te quieres reinventar, te recomendamos vivir esta experiencia.
Esta inversión no te sirve para un día, un mes o un año, es una inversión que te servirá para toda la vida.
Para mí, este camino ya no tiene reversa por el nivel de conciencia que tengo sobre lo que hago y cómo esto afecta a las demás personas a mi alrededor (y también al planeta). Una vez logras dar ese salto, generar un despertar de la conciencia y darle sentido a la vida, ya no podrás regresar a quien eras antes de dar el salto.
Recuerda que no se trata de preguntarse qué quires ser cuando grande, sino que problema de la humanidad vas a ayudar a resolver.
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