Un ejercicio simple para disminuir la Ansiedad
Tu mente recibe instrucciones de ti constantemente y dependiendo de estas instrucciones te comportas de una forma u otra. Siendo así, ¿conscientemente le darías el comando a tu mente de estar con ansiedad?
No, ¿cierto?
¿Si tuvieras la opción de escoger entre vivir estresado y angustiado todo el día, o vivir tranquilo, feliz y en plenitud, qué escogerías?
Suena tonta la pregunta, ¿verdad?
Pues igual de tonta es la solución solo que no queremos poner el trabajo para lograrlo y tampoco queremos aceptar que la vida se puede llevar de una forma diferente ya que muchas veces nos terminamos asociando a esta identidad de persona estresada, o angustiada que ya tenemos y además pensar en generar cambios en nuestra vida nos genera disonancia, que a la vez nos genera más angustia.
De eso quiero hablar y compartir en el pensamiento de la semana, sobre la angustia y cómo manejar la dualidad que la genera, todo esto porque me sucedieron un par de situaciones que me estaban angustiando y recordé que podemos vivir la misma situación pero sin angustia, siempre y cuando participe la consciencia. Al final les comparto un ejercicio muy simple y que me ha servido para bajar la ansiedad cuando noto que llega.
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Índice
- Una semana con ansiedad
- ¿Y qué tengo que aprender?
- Pensar 2 veces
- ¿Qué estás dispuesto a cambiar?
- Un ejercicio simple para la ansiedad
- ¿Quieres profundizar más?
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Una semana con ansiedad
He tenido problemas para poder hacer esta entrada al Blog de manera semanal.
Normalmente escribo el pensamiento de la semana los Domingos porque me gusta que realmente sea algo sobre mis pensamientos de la semana y no un material que tengo preparado de antemano semanas o meses atrás.
La semana pasada tuve que hacer un viaje de último momento el Domingo y esto me impidió hacer el Blog.
Al ser algo que se salía de mi control y era contrario a mis expectativas, esto me generó algo de ansiedad. El no poder escribir y entregar me molestó, un poco conmigo mismo y un poco con la situación.
Y aunque fue una ansiedad momentánea ya que las herramientas que tengo hoy en día me ayudan a procesar estas emociones de una manera más tranquila, me di cuenta que cuando hay ansiedad es una señal más profunda de cosas en las que todavía debo trabajar en mi mismo.
Casualmente a lo largo de la semana pasaron más cosas aún, tal vez más complejas si les vamos a dar un calificativo y estas me generaron un poco más de ansiedad lo cual era una señal aún más clara que hay algo en lo que debo trabajar y aprender que todavía no he solucionado.
Como lo abordamos en la entrada anterior, normalmente culpamos a lo externo de generar nuestras emociones, pero cuando estás en un proceso de desarrollo personal y espiritual constante, te das cuenta que todo lo que sucede externamente son solo herramientas, o señales que te indican cosas que debes trabajar en ti mismo. Y la ansiedad no está lejos de esto. La ansiedad es una señal que no he trabajado o aprendido algo sobre eso que me genera ansiedad. Algo que tal vez no he entendido de la vida todavía.
¿Y qué tengo que aprender?
Ya se que si creo expectativas muy fuertes sobre cómo deben ser las cosas y no salen como quiero eso genera incomodidad. Pero lo que tal vez me hace falta trabajar, recordar y poner en práctica en el instante presente en que suceden es que lo que sucede en mi cerebro es mi responsabilidad y a veces lo olvido.
Debemos entender, y para esto hay que repetir la clase mil veces, entender que todo lo que nos sucede adentro es producto de nosotros mismos, y si eso es así, tenemos la posibilidad de escoger cómo nos sentimos.
Y si hay consciencia de este proceso, cuando no lo logro y me estreso, me angustio o me da ansiedad, el proceso de auto observación me lleva a notar que lo que está mal, lo que me causa angustia, no es más que mis propios pensamientos sobre lo que sucede. Las expectativas que tengo de cómo debe suceder, los miedos a que no suceda como yo quiero. Eso es la parte más básica del manejo de SER humano y es claramente algo que no nos enseñan y debemos aprender en el camino.
Cuando te sientes muy bien contigo mismo, de forma natural haces cosas hermosas para con otros.
Cuando te sientes terrible contigo mismo, harás cosas horribles a otros. Ya sean personas, animales o cosas.
Entonces, queremos tener consciencia propia, de uno mismo, de su cuerpo, de su mente, de sus emociones para estar bien con nosotros mismos. Es lo que va a hacer que podamos crecer, o recordar lo que somos y por eso estar más tranquilos con quien somos.
Pensar 2 veces
Esto me ha llevado a ser consciente de pensar 2 veces cuando voy a decir que algo me preocupa, ¿porque realmente me ocupa y me angustia o genera ansiedad, o es un pensamiento pasajero como todos los demás? ¿Esto que me ocupa es necesario que me angustie o si me angustio, ayuda a solucionar la situación?
Piensen en lo siguiente. Si conocemos a una nueva persona, y la conoces en un día que está feliz, amable, amorosa, te parecerá que es una persona maravillosa. Pero si conoces a esa misma persona cuando está de mal genio, frustrado o se sienten miserables, podríamos calificarla de desagradable o mala.
¿Eso quiere decir que la persona es mala o buena?
Solo quiere decir que es humana y que depende de las circunstancias y de tus prejuicios la vas a juzgar.
Bueno, lo mismo pasa contigo. Te juzgas todo el tiempo y te caes bien cuando las cosas están bien y te caes mal cuando las cosas no salen como quieres o tus emociones no son las que deseas.
Y ese es el punto del aprendizaje y del pensamiento de la semana. No importa lo que te esté sucediendo, no te juzgues con falsas expectativas de lo que debe ser, solo observa tu humanidad y entiende que puedes escoger estar bien y pleno en momentos que calificamos como difíciles, o al menos, bajar la sensación de angustia y falta de control.
Debemos dejar de asociarnos tanto a una identidad individual que hemos creado de lo que debe ser y no debe ser y fijarnos más en la naturaleza de nuestra humanidad y escoger conscientemente cual version queremos ser la mayor parte del tiempo, la que es alegre y vive en plenitud, o la que está estresada ya angustiada por todo lo que sucede. Y si no puedes conciliar la disonancia entre las dos, un ejercicio simple te ayudará.
¿Qué estás dispuesto a cambiar?
Antes de eso te quiero volver a preguntar,
¿Si tuvieras la opción de escoger entre vivir estresado y angustiado todo el día, o vivir tranquilo, feliz y en plenitud, qué escogerías?
¿Y si puedes cambiar, lo harías?
¿Qué estarías dispuesto a hacer para cambiar y vivir en plenitud?
No olvidemos que “ser humano”, somos todos. Pero la identidad de que somos diferentes es la que nos divide en que tu eres mujer y yo soy hombre, que yo tengo una religion y tu otra, que soy de este país y tu de otro, que mi ideología política es esta y la tuya otra y esto nos lleva a pensar que somos diferentes y a dividirnos basados en nuestras ideologías y prejuicios.
Y la angustia no es más que lo mismo, una división mental que te dice qué está bien y qué está mal.
Si te sientes angustiado, solo observa que te causa la angustia, no la culpes, observa y determina que puedes aprender de esto en una próxima ocasión y estar tranquilo.
Un ejercicio simple para la ansiedad
El ejercicio que me sirve mucho es el siguiente y es simple. Es un primer paso muy sencillo para bajar la ansiedad y generar balance entre tu expectativa no cumplida y lo que quieres que deba suceder.
Si cierras los ojos, sonríes y te pones en posición de gratitud, es decir juntas la mano derecha con la izquierda, aún mejor si llevas tus manos a la altura del corazón como si fueras a rezar pero con la atención plena de estar agradecido por ser consciente de lo que vives y del posible aprendizaje que vas a tener, que te haga un mejor Ser humano, verás cómo tu ansiedad baja. Mientras lo haces, mira o piensa en algo que te agrada, por lo cual agradeces, puede ser el sol, un animal, un árbol que se mece con el viento, una persona que amas, o lo que tu quieras, y mantienes una sonrisa consciente y las manos equilibradas, te ayudará mucho.
Recuerda que el conflicto que causa la angustia es que hay dos dimensiones dentro de ti que están de pelea o en disonancia y por esto tu propia fisiología y psicología no están recibiendo instrucciones de tu mente consciente, sino de su subconsciente.
Al hacer este ejercicio estás siendo consciente de las instrucciones que le estas dando a tu cuerpo y mente.
Al unir las manos, generas un balance izquierda y derecha, energía femenina y masculina, hemisferio izquierdo y derecho del cerebro lo que haces es generar unión de esas dos dimensiones y balance desde la consciencia.
Al agradecer, respirar y observar con amor el mundo que te rodea ayudas a entrar en un patrón de ondas cerebrales con una frecuencia más lenta y eso también ayudará a calmarte.
Ya en mayor calma, podrás evaluar lo que te ha sucedido y que puedes aprender de todo esto para que la próxima vez, seas más consciente de lo que sucede en tu cuerpo y mente y así, puedas enviar las instrucciones correctas para sentirte pleno en vez de angustiado, así fuera éste pasando una tormenta.
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